Ilustración: Andrés Murillo
Obras
1. Atisbo a JRM para orquesta de percusión y percusión (2011)
2. Trío No. 2 “La víspera» para violín, violonchelo y piano (2009)
3. Trío No. 1 para violín, violonchelo y piano (2008)
4. Fragmentos II | I mov. para guitarra (2006)
5. Fragmentos II | II mov. para guitarra (2006)
6. Retrato VI para tres clarinetes (III clarinete bajo), piano, contrabajo y percusión (2007)
7. Texturas para ensamble de percusión y bajo eléctrico (2009)
Músicos
Orquesta Sinfónica de Heredia | 1
Erasmo Solerti – violín, Cristian Guandique – violonchelo, Mauricio Nader – piano | 2
Erasmo Solerti – violín, Cristian Guandique – violonchelo, Ekaterina Chatski – piano | 3
Mario Ulloa – guitarra | 4, 5
Chicago Clarinet Trio | Larry Combs, Julie De Roche – clarinetes (B), Wagner Campos – clarinete (B) y clarinete bajo, Rick Ferguson – piano, Brad Opland – contrabajo, Fred Selvaggio – percusión | 6
Ensamble de percusión Costa Rica – UNED | 7
Eddie Mora – director | 1
Reseña
Ekaterina Chatski
Investigadora UCR
Acerca del título del disco «Desde la tierra que habito», Eddie Mora, su autor, nos comenta:
«El nombre que lleva esta selección de obras obedece al interés de unirlas bajo una misma idea central; presentar una de las formas posibles de como nosotros escuchamos la música desde la tierra que habitamos, con sus diferentes matices, influencias, características e imágenes sonoras: lo que vivimos desde aquí, desde esta parte del mundo.»
El disco incluye una serie de obras que se pueden agrupar en varias categorías. Por un lado, se encuentran: Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera”, escritas a partir del mismo material temático, tanto literario como musical. Por otro, están el Trío No.1 y Texturas, composiciones unidas por su cercanía de aparición en el panorama musical. Finalmente, respecto a las dos obras restantes, estas fueron concebidas bajo encargos de dos músicos costarricenses, el guitarrista Ramonet Rodríguez y el clarinetista Wagner Campos. El primero, Ramonet, comisionó la pieza para un concurso de guitarra; y el segundo, Wagner, para su ensamble Chicago Clarinet Trio. Dichas peticiones motivaron al compositor a escribir las piezas con cierta dificultad técnica.
En el 2009 se cumplieron los 150 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora Porras (1814-1859). Este fue un momento que levantó polémica entre varios investigadores, pues reunió diversas fuerzas y opiniones controvertidas. Así es, Juan Rafael Mora, el polémico personaje de la historia costarricense, sigue dejando su huella, sorprendentemente, después de 150 años de su fusilamiento. Su sombra está presente en la creación de las dos primeras composiciones del disco en cuestión.
La historia de Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera” empieza el 30 de setiembre del año 2008, día en que se cumplían 149 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora. En esa primera fecha, diferentes creadores del mundo artístico costarricense deciden llevar a cabo un espectáculo que recibiría el título 7 Visiones – JRM. Sin embargo, algunos eventos y contradicciones en el trabajo frenan el proyecto a última hora, lo cual dejó un material variado, musical, poético y escenográfico, sin conclusión.
Estas dos composiciones del disco, Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera”, se componen a partir del material pensado para dicho espectáculo y nos muestran su cercanía a la obra escénico-teatral. Asimismo, en la construcción de estas, subyace el texto histórico que les dio origen: la última carta del cuadernillo de apuntes del expresidente:
«Diez de setiembre a las once de la noche. Por fin partiremos mañana. Que Dios guíe mis pasos. Él, que conoce mis intenciones, que favorezca mi buena fe. Me aseguran que no se derramará una gota de sangre. Cañas duerme tranquilo en el cuarto siguiente. ¡Pobre Cañas, uno de sus niños queda enfermo y por más esfuerzos que hace se le conoce la tristeza con que lo deja! Casi deseo que el Puerto no haya sido tomado, que Arancibia se haya arrepentido: entonces seguiríamos a Panamá y después viviríamos tranquilos en este destierro por más puyas y empeños que vengan de Costa Rica…Son las doce… ¿Por qué estoy triste? No lo sé. He visto a mis hijitos dormidos y me destroza el corazón la idea de que quedaran desamparados. ¿Qué sería de Inesita si una desgracia me condujera al sepulcro? Esto no es probable, a menos que la traición… Si tal sucede… Si fuere sacrificado… Hijos míos, no procuréis vengar mi muerte, porque la venganza desasosiega antes y desespera después de hecha (Vargas, 2007: 363).»
El Trío No.1 para violín, violoncello y piano precede al trabajo interdisciplinario 7 Visiones – JRM, es del año 2008. Por su parte, Texturas para ensamble de percusión es del 2009. Ambas, por su intensidad, se acercan a las primeras composiciones del disco. Según palabras del compositor: “Todas las obras se encuentran muy cercanas una de otra, tanto en el marco cronológico, como en el tratamiento del lenguaje musical que se acerca a la música soviética: intensa, disonante, dramática”. En el Trío No. 1, dicha característica se refleja en la utilización de su principal elemento rítmico al modo de perpetum mobile. Este se sitúa en la parte central que precede y antecede a las partes contrastantes llenas de sosiego y quietud falsa: antes y después de la tormenta.
Por su parte, la obra Texturas fue escrita para el IX Seminario de Composición Musical, donde el grupo invitado fue el Ensamble de Percusión de Costa Rica UNED. La obra, literalmente, transmite las diferentes “texturas” de un ensamble de percusión: sus timbres melódicos y ruidos estrepitosos que se alternan en un diálogo incesante. La aparición del redoblante militar en el lugar de la sección áurea es simbólica y le otorga un importante rol de personaje controvertido.
Fragmentos II para guitarra y Retrato VI para tres clarinetes, piano, bajo y percusión poseen, también, puntos en común que están relacionados con el encargo de estas obras por parte de dos músicos costarricenses: el guitarrista Ramonet Rodríguez y el clarinetista Wagner Campos, ambos solicitaron obras virtuosas y técnicamente difíciles.
Fragmentos II se planeó como obra obligatoria para el Concurso Nacional de Guitarra y Retrato VI fue compuesta para el virtuoso ensamble Chicago Clarinet Trio, compuesto por Larry Combs, Julie DeRoche y Wagner Campos. Por lo tanto, el compositor debía cumplir con las solicitudes de los músicos, escribiendo piezas con gran dificultad técnica, sin traicionar por ello su propio estilo.
Tal y como nos cuenta el compositor:
«Los encargos son una motivación extra para escribir una pieza musical. En el caso de los Fragmentos para guitarra, estos fueron comisionados por Ramonet Rodríguez para funcionar como una pieza del repertorio del concurso que se celebró algunos años en la Escuela de Artes Musicales, esta fue una de las piezas de nivel avanzado. Aquí, la idea, también, es someter a los intérpretes a algún tipo de dificultad técnica-musical que permita evaluar el desempeño de ellos en el concurso.»
De igual manera, la obra para clarinetes, piano, contrabajo y percusión es una pieza que comisionó el trío de Chicago; se me especificó que querían algo donde pudieran mostrar su virtuosismo instrumental. Yo creo que esta es la pieza donde he escrito la mayor cantidad de notas; tiene, también, muchas escalas, arpegios, combinaciones rítmicas, modulaciones armónicas, segmentos que se contrastan. Es decir, todo esto es una motivación extra técnica para poder armar una pieza y dar una forma definida. Asimismo, es una motivación más para llevar la composición a una manera funcional en un contexto de la actividad en sí misma.
Presentación
El nombre que lleva esta selección de obras obedece al interés de unirlas bajo una misma idea central; presentar una de las formas posibles de como nosotros escuchamos la música desde la tierra que habitamos, con sus diferentes matices, influencias, características e imágenes sonoras: lo que vivimos desde aquí, desde esta parte del mundo.
Desde la tierra que habito…. Apuntes sobre la obra de Eddie Mora
Bernal Herrera
Vicerrector de Docencia | UCR
Difícilmente pudo haber encontrado Eddie Mora, por mucho que lo buscara, un nombre más adecuado para esta excelente selección de trabajos, de distintas épocas y estilos, de su ya amplia producción musical. Esa tierra que habita alude al menos a dos realidades, relacionadas entre sí pero también irreductibles una a la otra. Por un lado, alude a una región geográfica y cultural, que tal vez algunos pensarán reducida a los límites nacionales, pero que abarca no solo al itsmo centroamericano, sino al conjunto de América Latina. Pues si bien Eddie Mora es, qué duda cabe, un compositor costarricense, lo cierto es que sus raíces culturales y musicales sobrepasan con mucho nuestras fronteras, y se hunden en las abundantes tierras y culturas latinoamericanas.
Lo anterior no quiere decir que Eddie Mora esté limitado, en sus lenguajes culturales y musicales, a lo latinoamericano. Lo europeo y lo ruso, son muy fuertes en él, pero están generalmente pasados por un tamiz latinoamericano. Esta capacidad de absorber filtrando, de incorporar lenguajes y repertorios sin plegarse a las agendas y modelos que los originaron, característica de buena parte de la mejor música latinoamericana para orquestas sinfónicas y conjuntos de música de cámara, es uno de los rasgos que emparenta la producción de Eddie Mora con la de otros notables compositores latinoamericanos. Sospecho sin embargo que, en el caso de Eddie, otra parte de esa capacidad tiene sus orígenes en su íntimo trato, no solo musical sino también cultural, lingüístico y personal, con el vasto mundo ruso.
Un mundo que, como el latinoamericano, está en íntima relación con la cultura occidental, pero frente a la cual también muestra una similar posición de exterioridad. Latinoamérica y Rusia son, en alguna medida, parte de Occidente, pero sin serlo del todo. Sus tradiciones incorporan otros registros y progenies. Rusos y latinoamericanos nos movemos dentro de la cultura occidental, pero al mismo tiempo ocupamos en ella una posición literalmente ex/céntrica, fuera del centro. Como tantos compositores rusos y latinoamericanos, y a diferencia de muchos asiáticos y africanos, Eddie Mora conoce desde dentro la tradición occidental, pero al mismo tiempo puede jugar con ella, utilizarla, desde una posición de exterioridad, de divergencia, accesible a pocos autores del cogollo de Occidente.
Y es esta tierra, la estrictamente musical, la otra aludida en el título de la recopilación. Desde la tierra que habito… es una selección representativa, aunque inevitablemente parcial dada la amplitud de su producción, de obras de Eddie Mora. Una selección que ejemplifica muy bien la variedad de sus lenguajes musicales, de sus raíces culturales, de sus exploraciones técnicas y estilísticas. Una excelente muestra, en suma, no solo de la alta calidad musical de sus composiciones, sino también de la amplitud de las tierras geográficas, culturales y musicales que Eddie Mora, a lo largo de sus años como compositor, ha sabido recorrer, conocer, incorporar y convertir en su muy particular lugar de habitación. De las tierras al interior de las cuales va obteniendo, sin pausa y sin prisa, una proyección cada vez mayor. Lejos de renunciar a sus vínculos nacionales, Eddie los muestra reiteradamente: compone generosamente para intérpretes y espectáculos nacionales, y a veces utiliza motivos nacionales, como la figura de Juan Rafael Mora. Al mismo tiempo, la tierra que habita Eddie sobrepasa con mucho las estrechas fronteras nacionales, algo que constituye uno de sus principales servicios a la cultura nacional.
Producción
Producción general: Eddie Mora
Producción de audio: Carlos Chávez | Musitica
Edición y mezcla: Eddie Mora | Carlos Chávez
Dirección de Arte: Elías Jiménez-García
Ilustración: Andrés Murillo
2015
Producción educativa sin fines de lucro | Edición limitada de 100 ejemplares
Lugar de grabación
Centro Nacional de la Música (1, 7), Teatro de Bellas Artes UCR (2, 3), Estudio Musitica (4, 5)
Agradecimientos
Asociación Sinfónica de Heredia, Orquesta Sinfónica de Heredia, Universidad de Costa Rica, Decanato de Bellas Artes, músicos intérpretes, personas que colaboraron con su trabajo y talento en la producción general de esta selección de obras y su presentación gráfica.
Ilustración: Andrés Murillo
Obras
1. Atisbo a JRM para orquesta de percusión y percusión (2011)
2. Trío No. 2 “La víspera» para violín, violonchelo y piano (2009)
3. Trío No. 1 para violín, violonchelo y piano (2008)
4. Fragmentos II | I mov. para guitarra (2006)
5. Fragmentos II | II mov. para guitarra (2006)
6. Retrato VI para tres clarinetes (III clarinete bajo), piano, contrabajo y percusión (2007)
7. Texturas para ensamble de percusión y bajo eléctrico (2009)
Músicos
Orquesta Sinfónica de Heredia | 1
Erasmo Solerti – violín, Cristian Guandique – violonchelo, Mauricio Nader – piano | 2
Erasmo Solerti – violín, Cristian Guandique – violonchelo, Ekaterina Chatski – piano | 3
Mario Ulloa – guitarra | 4, 5
Chicago Clarinet Trio | Larry Combs, Julie De Roche – clarinetes (B), Wagner Campos – clarinete (B) y clarinete bajo, Rick Ferguson – piano, Brad Opland – contrabajo, Fred Selvaggio – percusión | 6
Ensamble de percusión Costa Rica – UNED | 7
Eddie Mora – director | 1
Reseña
Ekaterina Chatski
Investigadora UCR
Acerca del título del disco «Desde la tierra que habito», Eddie Mora, su autor, nos comenta:
«El nombre que lleva esta selección de obras obedece al interés de unirlas bajo una misma idea central; presentar una de las formas posibles de como nosotros escuchamos la música desde la tierra que habitamos, con sus diferentes matices, influencias, características e imágenes sonoras: lo que vivimos desde aquí, desde esta parte del mundo.»
El disco incluye una serie de obras que se pueden agrupar en varias categorías. Por un lado, se encuentran: Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera”, escritas a partir del mismo material temático, tanto literario como musical. Por otro, están el Trío No.1 y Texturas, composiciones unidas por su cercanía de aparición en el panorama musical. Finalmente, respecto a las dos obras restantes, estas fueron concebidas bajo encargos de dos músicos costarricenses, el guitarrista Ramonet Rodríguez y el clarinetista Wagner Campos. El primero, Ramonet, comisionó la pieza para un concurso de guitarra; y el segundo, Wagner, para su ensamble Chicago Clarinet Trio. Dichas peticiones motivaron al compositor a escribir las piezas con cierta dificultad técnica.
En el 2009 se cumplieron los 150 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora Porras (1814-1859). Este fue un momento que levantó polémica entre varios investigadores, pues reunió diversas fuerzas y opiniones controvertidas. Así es, Juan Rafael Mora, el polémico personaje de la historia costarricense, sigue dejando su huella, sorprendentemente, después de 150 años de su fusilamiento. Su sombra está presente en la creación de las dos primeras composiciones del disco en cuestión.
La historia de Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera” empieza el 30 de setiembre del año 2008, día en que se cumplían 149 años del fusilamiento de Juan Rafael Mora. En esa primera fecha, diferentes creadores del mundo artístico costarricense deciden llevar a cabo un espectáculo que recibiría el título 7 Visiones – JRM. Sin embargo, algunos eventos y contradicciones en el trabajo frenan el proyecto a última hora, lo cual dejó un material variado, musical, poético y escenográfico, sin conclusión.
Estas dos composiciones del disco, Atisbo JRM y el Trío No.2 “La Víspera”, se componen a partir del material pensado para dicho espectáculo y nos muestran su cercanía a la obra escénico-teatral. Asimismo, en la construcción de estas, subyace el texto histórico que les dio origen: la última carta del cuadernillo de apuntes del expresidente:
«Diez de setiembre a las once de la noche. Por fin partiremos mañana. Que Dios guíe mis pasos. Él, que conoce mis intenciones, que favorezca mi buena fe. Me aseguran que no se derramará una gota de sangre. Cañas duerme tranquilo en el cuarto siguiente. ¡Pobre Cañas, uno de sus niños queda enfermo y por más esfuerzos que hace se le conoce la tristeza con que lo deja! Casi deseo que el Puerto no haya sido tomado, que Arancibia se haya arrepentido: entonces seguiríamos a Panamá y después viviríamos tranquilos en este destierro por más puyas y empeños que vengan de Costa Rica…Son las doce… ¿Por qué estoy triste? No lo sé. He visto a mis hijitos dormidos y me destroza el corazón la idea de que quedaran desamparados. ¿Qué sería de Inesita si una desgracia me condujera al sepulcro? Esto no es probable, a menos que la traición… Si tal sucede… Si fuere sacrificado… Hijos míos, no procuréis vengar mi muerte, porque la venganza desasosiega antes y desespera después de hecha (Vargas, 2007: 363).»
El Trío No.1 para violín, violoncello y piano precede al trabajo interdisciplinario 7 Visiones – JRM, es del año 2008. Por su parte, Texturas para ensamble de percusión es del 2009. Ambas, por su intensidad, se acercan a las primeras composiciones del disco. Según palabras del compositor: “Todas las obras se encuentran muy cercanas una de otra, tanto en el marco cronológico, como en el tratamiento del lenguaje musical que se acerca a la música soviética: intensa, disonante, dramática”. En el Trío No. 1, dicha característica se refleja en la utilización de su principal elemento rítmico al modo de perpetum mobile. Este se sitúa en la parte central que precede y antecede a las partes contrastantes llenas de sosiego y quietud falsa: antes y después de la tormenta.
Por su parte, la obra Texturas fue escrita para el IX Seminario de Composición Musical, donde el grupo invitado fue el Ensamble de Percusión de Costa Rica UNED. La obra, literalmente, transmite las diferentes “texturas” de un ensamble de percusión: sus timbres melódicos y ruidos estrepitosos que se alternan en un diálogo incesante. La aparición del redoblante militar en el lugar de la sección áurea es simbólica y le otorga un importante rol de personaje controvertido.
Fragmentos II para guitarra y Retrato VI para tres clarinetes, piano, bajo y percusión poseen, también, puntos en común que están relacionados con el encargo de estas obras por parte de dos músicos costarricenses: el guitarrista Ramonet Rodríguez y el clarinetista Wagner Campos, ambos solicitaron obras virtuosas y técnicamente difíciles.
Fragmentos II se planeó como obra obligatoria para el Concurso Nacional de Guitarra y Retrato VI fue compuesta para el virtuoso ensamble Chicago Clarinet Trio, compuesto por Larry Combs, Julie DeRoche y Wagner Campos. Por lo tanto, el compositor debía cumplir con las solicitudes de los músicos, escribiendo piezas con gran dificultad técnica, sin traicionar por ello su propio estilo.
Tal y como nos cuenta el compositor:
«Los encargos son una motivación extra para escribir una pieza musical. En el caso de los Fragmentos para guitarra, estos fueron comisionados por Ramonet Rodríguez para funcionar como una pieza del repertorio del concurso que se celebró algunos años en la Escuela de Artes Musicales, esta fue una de las piezas de nivel avanzado. Aquí, la idea, también, es someter a los intérpretes a algún tipo de dificultad técnica-musical que permita evaluar el desempeño de ellos en el concurso.»
De igual manera, la obra para clarinetes, piano, contrabajo y percusión es una pieza que comisionó el trío de Chicago; se me especificó que querían algo donde pudieran mostrar su virtuosismo instrumental. Yo creo que esta es la pieza donde he escrito la mayor cantidad de notas; tiene, también, muchas escalas, arpegios, combinaciones rítmicas, modulaciones armónicas, segmentos que se contrastan. Es decir, todo esto es una motivación extra técnica para poder armar una pieza y dar una forma definida. Asimismo, es una motivación más para llevar la composición a una manera funcional en un contexto de la actividad en sí misma.
Presentación
El nombre que lleva esta selección de obras obedece al interés de unirlas bajo una misma idea central; presentar una de las formas posibles de como nosotros escuchamos la música desde la tierra que habitamos, con sus diferentes matices, influencias, características e imágenes sonoras: lo que vivimos desde aquí, desde esta parte del mundo.
Desde la tierra que habito…. Apuntes sobre la obra de Eddie Mora
Bernal Herrera
Vicerrector de Docencia | UCR
Difícilmente pudo haber encontrado Eddie Mora, por mucho que lo buscara, un nombre más adecuado para esta excelente selección de trabajos, de distintas épocas y estilos, de su ya amplia producción musical. Esa tierra que habita alude al menos a dos realidades, relacionadas entre sí pero también irreductibles una a la otra. Por un lado, alude a una región geográfica y cultural, que tal vez algunos pensarán reducida a los límites nacionales, pero que abarca no solo al itsmo centroamericano, sino al conjunto de América Latina. Pues si bien Eddie Mora es, qué duda cabe, un compositor costarricense, lo cierto es que sus raíces culturales y musicales sobrepasan con mucho nuestras fronteras, y se hunden en las abundantes tierras y culturas latinoamericanas.
Lo anterior no quiere decir que Eddie Mora esté limitado, en sus lenguajes culturales y musicales, a lo latinoamericano. Lo europeo y lo ruso, son muy fuertes en él, pero están generalmente pasados por un tamiz latinoamericano. Esta capacidad de absorber filtrando, de incorporar lenguajes y repertorios sin plegarse a las agendas y modelos que los originaron, característica de buena parte de la mejor música latinoamericana para orquestas sinfónicas y conjuntos de música de cámara, es uno de los rasgos que emparenta la producción de Eddie Mora con la de otros notables compositores latinoamericanos. Sospecho sin embargo que, en el caso de Eddie, otra parte de esa capacidad tiene sus orígenes en su íntimo trato, no solo musical sino también cultural, lingüístico y personal, con el vasto mundo ruso.
Un mundo que, como el latinoamericano, está en íntima relación con la cultura occidental, pero frente a la cual también muestra una similar posición de exterioridad. Latinoamérica y Rusia son, en alguna medida, parte de Occidente, pero sin serlo del todo. Sus tradiciones incorporan otros registros y progenies. Rusos y latinoamericanos nos movemos dentro de la cultura occidental, pero al mismo tiempo ocupamos en ella una posición literalmente ex/céntrica, fuera del centro. Como tantos compositores rusos y latinoamericanos, y a diferencia de muchos asiáticos y africanos, Eddie Mora conoce desde dentro la tradición occidental, pero al mismo tiempo puede jugar con ella, utilizarla, desde una posición de exterioridad, de divergencia, accesible a pocos autores del cogollo de Occidente.
Y es esta tierra, la estrictamente musical, la otra aludida en el título de la recopilación. Desde la tierra que habito… es una selección representativa, aunque inevitablemente parcial dada la amplitud de su producción, de obras de Eddie Mora. Una selección que ejemplifica muy bien la variedad de sus lenguajes musicales, de sus raíces culturales, de sus exploraciones técnicas y estilísticas. Una excelente muestra, en suma, no solo de la alta calidad musical de sus composiciones, sino también de la amplitud de las tierras geográficas, culturales y musicales que Eddie Mora, a lo largo de sus años como compositor, ha sabido recorrer, conocer, incorporar y convertir en su muy particular lugar de habitación. De las tierras al interior de las cuales va obteniendo, sin pausa y sin prisa, una proyección cada vez mayor. Lejos de renunciar a sus vínculos nacionales, Eddie los muestra reiteradamente: compone generosamente para intérpretes y espectáculos nacionales, y a veces utiliza motivos nacionales, como la figura de Juan Rafael Mora. Al mismo tiempo, la tierra que habita Eddie sobrepasa con mucho las estrechas fronteras nacionales, algo que constituye uno de sus principales servicios a la cultura nacional.
Producción
Producción general: Eddie Mora
Producción de audio: Carlos Chávez | Musitica
Edición y mezcla: Eddie Mora | Carlos Chávez
Dirección de Arte: Elías Jiménez-García
Ilustración: Andrés Murillo
2015
Producción educativa sin fines de lucro | Edición limitada de 100 ejemplares
Lugar de grabación
Centro Nacional de la Música (1, 7), Teatro de Bellas Artes UCR (2, 3), Estudio Musitica (4, 5)
Agradecimientos
Asociación Sinfónica de Heredia, Orquesta Sinfónica de Heredia, Universidad de Costa Rica, Decanato de Bellas Artes, músicos intérpretes, personas que colaboraron con su trabajo y talento en la producción general de esta selección de obras y su presentación gráfica.